Messi, Neymar y Suárez, más conocidos como ‘el tridente’ o la ‘MSN’, son una verdadera máquina de matar futbolísticamente hablando, nunca se ha visto nada igual, no existió una delantera capaz de aniquilar a sus contrarios complementándose de la manera en que lo hace este trío de locos. Llevan sólo una temporada juntos, y han destrozado todos los registros. Son imparables, la defensa de cualquier equipo ante un ataque armado por estas fieras es Simba corriendo delante de la estampida de ñus.
El brasileño, pequeño pero matón, es la alegría del Barça, la samba, la sonrisa. Rápido y escurridizo a más no poder. El uruguayo tiene la mejor capacidad que un futbolista puede tener, hacer olvidar cualquier error que tenga en el partido -que los suele tener- con la cantidad de genialidades y recursos que despliega en los encuentro. Finalmente el de Rosario, el argentino, la piedra rosetta del tridente. El eje donde todo gira. El mejor. Imposible de frenar, muchos dicen que sí, pero la única manera de frenar al astro es que el jugador que tenga esa amarga misión sea el primero en ducharse. Leo, Ney y Luis, 122 goles en competiciones oficiales entre ambos, toda una aberración futbolística pero ¿cuál es el origen del tridente? ¿Dónde jugaron cuando niños para convertirse en la mejor delantera? Si te interesa la respuesta, sigue leyendo.
Neymar, la felicidad
Siempre con una sonrisa dibujada en la cara como si un dibujante de caricaturas hubiese sido su creador, llegó al FC Barcelona la pasada campaña devolver la alegría a un club que parecía necesitar un proceso de innovación -como aquel que trajo consigo Ronaldinho, otro carioca-. Las dos temporadas que lleva el brasileño en Can Barça son inmejorables, llegó procedente del Santos CF donde ya era una estrella, ¿pero cuál es el origen del regateador?
‘Neymaravilloso’ jugaba de niño en las calles de Mogi das Cruzes, su ciudad, y también jugó al fútbol sala en el Tamiaru. Pero su futuro estaba más ligado a la ciudad de Santos y al fútbol once, así que militó en dos clubes de la ciudad, Portuguesa Santista -en dos etapas- y Grametal, hasta que finalmente el Santos FC se fijase en él y lo incluyese en sus categorías inferiores (academia de juveniles). Durante su niñez, Neymar ya mostraba sus dotes de calidad, y clubes españoles como el Real Madrid CF o el Valencia CF intentaron su incorporación a sus canteras, pero a duras penas el club santista pudo retenerlo. Su debut fue con 17 años, y desde entonces se hizo titular indiscutible con el equipo que viste de blanco y rayas negras.
Con la Selección Brasileña formó parte de la plantilla que jugó el Mundial Sub-17 de Nigeria en 2009 donde anotó un tanto. Con la Sub-20 disputó un Torneo Sudamericano donde hizo nueve goles en siete encuentros, pero su éxito sobre todo llegó con la Selección Olímpica (Sub-23) donde jugó los Juegos Olímpicos de 2012 y llegó a la final, convirtiéndose en una estrella consagrada, aunque no pudiera alzarse con el oro cayendo en la final frente a México.
Suárez, el depredador
Su inicio en Barcelona fue titubeante, no pudo arrancar la temporada con el primer equipo por la sanción que todos sabemos que le fue impuesta por la FIFA -y el por qué también nos lo conocemos-, en partidos amistosos con el Barça B marcaba pero parecía ‘rellenito’ como muchos le llamaron. Empezó su aventura en el Santiago Bernabéu tras dar por finalizado su arresto, y se pudo ver a un Suárez muy asociativo, y desde su primer gol -que se le resistió lo suyo, como ese don que te sale miles de veces a solas y que cuando estás delante de gente se resiste a mostrarse- no ha cesado de mostrar su entrega.
Antes de darse a conocer al mundo en Livepool, Suárez ya hacía de las suyas en el Ajax FC, pero ese no había sido su primer equipo profesional holandés, que fue el FC Groningen. Anteriormente Lucho había comenzado su carrera a la edad de juvenil en el CN de Football uruguayo donde debutó en 2005 a los 15 años, pero no anotaría su primer gol oficial hasta casi pasado un año de esa fecha.
En las categorías inferiores de su selección, disputó un Mundial Sub-20 disputado en Canadá en el año 2007 donde Uruguay cayó eliminada en octavos de final.
Messi, la estrella
Es el Dios del fútbol, compararlo con otro jugador sea cual sea su nombre es hacer deshonra al fútbol, no tiene rival. Cuando Leo está, está, y no deja estar a los demás. Tiene demasiado fútbol en sus botas, es un extraterrestre. Los demás jugadores tendrán atributos como la velocidad, la potencia, el tiro o la calidad. Messi tiene una cualidad que es un don, un don llamado fútbol, y con él ilumina al césped.
Es ardua tarea buscar un origen futbolístico y no en los dioses para dar explicación a la divinidad de este pequeño gran jugador, pero lo cierto es que la hay. Nació en Rosario de Santa Fe, Argentina, y casi siendo más pequeño que el balón, Leo ya daba sus primeras patadas en las canchas de su humilde pueblo. Creció y decidió que su vida giraba en torno al esférico, así que su familia lo apuntó a las categorías inferiores de Newell’s Old Boys, donde según la Asociación Rosarina de Fútbol jugó desde la temporada 1994 hasta la de 1999 dejando un total de 234 goles en 176 partidos, y miles de buenas sensaciones entre los ojeadores que veían atónitos cómo ese pequeñajo campaba a sus anchas por el campo. Por eso mismo, por ser pequeñajo y no poder costear un tratamiento médico, los papás de Messi decidieron hacer las pruebas con el Barcelona, allí se daría la histórica escena del primer contrato de Leo, ese en el que su firma quedó plasmada en una servilleta de papel. Una vez firmado por el Barça en 2000, la calidad de Messi le hizo debutar con el primer equipo tan solo cuatro años después tras saltar como si de escalones se tratase del Juvenil B al A, del A al Cadete A, y de ahí al Barça C y B. Cinco categorías en cuatro años donde dejó anotados 70 goles en 77 encuentros. Con 17 años y 114 días, Leo debutó oficialmente con el primer equipo frente al RCD Espanyol (aunque había debutado en un amistoso contra el FC Porto con 16 años y 145 días).
En el tema de selecciones, en 2004 denegó a España su convocatoria para dedicarse enteramente a la albiceleste, donde en junio de ese mismo año haría su primera aparición con la Sub-20, jugó el Torneo Sudamericano y quedó tercero. Al año siguiente se hizo con la Copa Mundial Juvenil donde también recibió la Bota de Oro como máximo anotador del torneo (ses goles) y el Balón de Oro como el mejor jugador.
Qué suerte tuvieron las favelas de Brasil, las calles de Uruguay y las chabolas de Argentina de poder haber tenido el privilegio de haber dispuesto de las entradas en primera fila para ver cómo emergían estas estrellas que ahora disfrutamos en España.
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